El Gobierno inauguró esta semana con una baja generalizada en las retenciones al agro, llevando a la soja a su menor alícuota en 19 años. Otros sectores esperan que se anuncien también recortes en los tributos a la exportación que se les aplican.
"El Cronista" había anticipado que el Gobierno trabaja en un plan para potenciar las exportaciones. Distintos sectores esperan que las novedades vengan por el frente de las bajas de retenciones.
En ese sentido, sectores industriales esperaban cambios que “nivelen la cancha” en materia tributaria. El tema cobró relevancia en las últimas semanas ante la aceleración de las importaciones y el alineamiento del reclamo del sector ante la apertura sobre todo a insumos como el acero. Las retenciones vigentes de los sectores aportan al fisco en alrededor de u$s 70 millones.
El sector confía en que pronto habrá novedades sobre la baja de las retenciones que quedan sobre los productos industriales. Sobre la mesa, está la extensión de la eliminación de las retenciones al acero y aluminio, que se suspendió en octubre con la intención de compensar la suba de aranceles que aplicaron algunos países importadores. Su vigencia existiría hasta que el arancel perfore el 45%.
La suspensión rige hasta fin de año.
Cabe destacar que la eliminación no se aplicó sobre la totalidad de los productos de acero y aluminio, sobre los que rigen todavía retenciones de entre 3 y 5%.
Acero y aluminio cobran especial relevancia ya que en el marco del acuerdo comercial con Estados Unidos se anticipó que se revisaría la sección 232, donde están incluidos ambos productos con un arancel del 50%.
También quedan pendientes la industria petroquímica y la automotriz, que fueron excluidos de la eliminación total de las retenciones al 90% de las exportaciones industriales. Ambos además pertenecen a los principales complejos exportadores del sector industrial. En el caso automotriz, al 5% promedio se le agrega que no fue renovado la exención sobre el incremental exportado.
En todas estas industrias, hay alguna expectativa sobre un “guiño” del Gobierno. Estiman que, tras la baja a los productos agropecuarios, podría haber una medida similar para los industriales. La expectativa está en no empezar 2026 con el gravamen.
“El Gobierno está en un momento de mostrar afinidad con varios sectores. No sería raro que, luego del ‘mimo’ al campo, hay algo para la industria. Se necesita el acompañamiento de todos”, desliza un diputado oficialista, que no sabe de una baja “inminente”, pero no la considera una posibilidad “alejada”.
El Gobierno presentó el martes el proyecto de compromiso con la Estabilidad Fiscal y Monetaria que prohíbe presupuestos deficitarios y establece que los cambios en el gasto o los ingresos deberán compensarse para sostener un resultado equilibrado.
Según ABECEB, el PBI y el consumo crecerán 4% el año próximo, con crecimiento en todos los rubros, lo que asistirá a la tesis de Caputo de mayor recaudación por actividad.
Para la consultora fundada por Dante Sica, la industria crecerá el año próximo pero la producción será un 4% menor que en 2023, “reflejo de la presión competitiva de las importaciones y la lenta recuperación de algunos sectores manufactureros”.
A la expectativa de la industria se suma la pesca, octavo sector exportador, que pidió ser incluido en la quita de retenciones. Las Intercámaras de la Industria Pesquera Argentina le pidieron a Economía que se analice la eliminación o reducción de las retenciones a los productos del complejo. En especial, dado el contexto de volatilidad de precios internacionales y la “elevada estructura de los costos internos”. El Gobierno había dicho que lo analizaría, pero en el Presupuesto se mantienen.
La expectativa se basa en la reciente baja anunciada para el agro, que redujo todas las alícuotas en dos puntos, salvo en el maíz. La medida tendrá un costo fiscal equivalente al 0,1% del PBI, al implicar una pérdida de recaudación por u$s 700 millones en el 2026. La meta de superávit se mantendría en 1,5% del PBI, dado que el Gobierno ya había contemplado un recorte de 0,1 puntos respecto de la meta de 2025, según LCG.
Este sector tiene una retención promedio del 6%, aunque varía según los productos. Sin embargo, el impacto es particularmente fuerte: la volatilidad de los precios internacionales y la fuerte estacionalidad de la reproducción de la materia prima se suma a que el 90% de la producción tiene como destino la exportación, dado que el consumo en Argentina asciende hasta 6 kilos por persona por año en promedio.


