Minerales raros. Son 17 elementos que se han convertido en fundamentales para la tecnología moderna. Sin ellos Silicon Valley no sería viable ni Estados Unidos podría producir su armamento de última generación. Están en baterías, drones, misiles, vehículos eléctricos, luces LED, fibra óptica, computadoras... Su nombre confunde porque no son raros, ya que se encuentran en cantidades abundantes en la naturaleza, combinados con otros minerales. El asunto es que son muy difíciles de procesar. Escandio, neodimio, praseodimio, samario, terbio, litio... China apostó por ellos hace dos décadas y ahora tiene cerca de 90% de la capacidad de procesamiento en el mundo. Por esto, entre otras cosas, Estados Unidos tiene cuidado de no cruzar la línea roja en la guerra comercial con el Dragón. Basta un embargo a las exportaciones para detener el mundo.
NVIDIA. Es la empresa más valiosa del mundo. Una compañía que no tiene fábricas propias ni productos para el consumidor final. Es líder mundial en hardware para inteligencia artificial. Empezó en 1993 como desarrolladora de unidades de procesamiento gráfico para videojuegos y ahora está en el corazón de las supercomputadoras, además de una gama de soluciones de tecnología móvil para telefonía, navegación y entretenimiento para vehículos. En 2025, ha incrementado su valor 40% hasta superar los 4.5 billones de dólares. Sus propietarios son las financieras Vanguard, BlackRock y Fidelity, además de su fundador Jenson Huang, que tiene entre 3 y 3.5% de las acciones.
Oro. El metal amarillo ha vuelto a brillar en un año oscuro. Su valor ha aumentado más de 70% y ha alcanzado su máximo histórico, por encima de los 4,500 dólares por onza, impulsado por las compras de los bancos centrales en un contexto de tensión geopolítica. El desempeño del oro de 2025 no se había dado desde 1979, cuando casi duplicó su precio. Podemos comparar el oro con el dólar, que se ha depreciado a tasa de doble dígito; con el bitcoin, que ha perdido 10% en el año, pero también con la plata, que ha subido 140%. En estos días no todo lo que brilla es oro.
Pemex. Gigante que padece una larga y penosa enfermedad. Es la empresa petrolera más endeudada del mundo y una de las más ineficientes del orbe. Sigue siendo la mayor empresa de México, pero ha dejado de ser el mayor contribuyente a las arcas públicas. Su situación es muy delicada y es uno de los mayores factores de riesgo de las finanzas públicas para los próximos años. Debe más de 100,000 millones de dólares, además de tener adeudos con proveedores del orden del medio billón de pesos. En la última década ha recibido apoyos cercanos a los 3 billones de pesos, pero no ha podido recuperar la producción de crudo ni contener la hemorragia en sus actividades de refinación, que pierden decenas de miles de millones por año.
Reserva Federal. Banco Central de Estados Unidos. Hasta hace poco, sinónimo de estabilidad y garante de institucionalidad en la economía más grande del mundo. En la era Trump, piñata de un mandatario que insulta al presidente de la Fed mientras le pide grandes recortes de tasas en momentos de presión inflacionaria.
Stangflación. Monstruo que está asomando la cabeza y que podría entrar a escena en 2026. Está hecho de decrecimiento e inflación.
Tren Maya. Quimera de la Administración Pública que costó más de medio billón de pesos y produce más narrativa que viajes. Para 2026 tendrá un presupuesto que es mayor que el de la Secretaría de Cultura.
Xi Jinping. Poderoso antagonista de Donald Trump. Es el dirigente chino más poderoso desde Mao y un arquitecto del Nuevo Orden Mundial que juega su papel con mano dura y discreción. Tiene 72 años. Asumió el mando en China en 2013 y todo indica que seguirá al frente por unos años más.

