Una reciente encuesta de Economist/YouGov mostró variaciones en la forma en que los estadounidenses evalúan la llegada de inmigrantes legales a Estados Unidos y las medidas migratorias impulsadas por la administración del presidente Donald Trump. El estudio identificó divisiones políticas y generacionales, así como un interés limitado del público en la inmigración frente a prioridades económicas.
La nueva medición, realizada desde el 21 al 24 de noviembre de 2025 a más de 1600 adultos estadounidenses, indicó que un 35% considera que el país norteamericano debería disminuir el número de inmigrantes legales que se admiten cada año. Dentro de ese grupo, una parte respalda una reducción parcial (26%), mientras que un sector menor (9%) propone que se limite hasta su eliminación.
En contraste, un 23% de los encuestados indicó que preferiría ampliar el nivel de inmigración legal. Otra fracción, correspondiente al 26%, consideró adecuado mantener los niveles actuales. El resto no expresó una opinión definida.
Estos datos señalaron un cambio respecto de mediciones previas y reflejaron un debate constante sobre cómo abordar el ingreso de personas en ese país. Aunque el tema está presente en el discurso político nacional, la encuesta también subrayó que la inmigración se ubica por debajo de asuntos económicos entre las principales preocupaciones del público. Según el estudio, la inflación y la marcha general de la economía ocupan los primeros lugares en la lista de prioridades.
Los resultados de la encuesta revelaron brechas notorias según la afiliación política de los participantes. Una mayoría de quienes respaldaron a Donald Trump en la elección de 2024 (38%) se mostró partidaria de limitar la inmigración legal, e incluso un porcentaje menor (17%) apoyó eliminarla por completo.
En cambio, entre quienes votaron por Kamala Harris, la posición fue opuesta: solo un pequeño margen del 2% apoyó la reducción total, mientras que una parte significativa del 40% manifestó interés en aumentarla.
La ideología también influyó en la postura general. El 60% de los encuestados que se identificaron como conservadores favoreció disminuir o detener la inmigración legal. Solo el 14% de los encuestados liberales compartió ese enfoque. Estas diferencias mostraron que el tema permanece polarizado.
La edad fue otro factor que intervino en la forma de evaluar la inmigración. Los adultos jóvenes expresaron mayor apertura hacia la expansión de la inmigración legal, mientras que las personas mayores se inclinaron principalmente por una disminución. Los datos permitieron observar cómo las generaciones más recientes sostienen posiciones distintas respecto de quienes se encuentran en rangos de años superiores.
Aunque las decisiones sobre inmigración ocupan un espacio recurrente en la discusión política, el público no lo considera un tema de primera necesidad. Solo un 6% de los encuestados lo ubicó como su principal preocupación.
La inflación (25%), el empleo (16%) y la atención médica (11%) se situaron por encima. Esta diferencia confirma que, aunque la inmigración es un asunto visible, no es determinante en la evaluación general de la ciudadanía sobre los problemas del país norteamericano.
Esta encuesta se realizó previo a los anuncios del presidente Trump sobre las nuevas medidas dirigidas a restringir el ingreso de personas procedentes de países que definió dentro del “tercer mundo”. Según explicó el mandatario, su intención es establecer una pausa permanente para permitir que el sistema migratorio se reorganice.
En el contexto de sus políticas migratorias, planteó una serie de acciones que incluyen:
Este anuncio de Trump incluyó referencias a lo que describió como un proceso de “migración inversa”, con el cual pretende reorientar la situación. Junto con estas declaraciones, el presidente sostuvo que EE.UU. ha enfrentado complicaciones por políticas previas que, a su juicio, permitieron el ingreso de personas que no contribuyen a su país.


