Imagen aérea del Complejo Solar Mesquite en Arizona.
Robert Rapier
En un vuelo reciente de Los Ángeles a Phoenix, miré por la ventana mientras el avión descendía lentamente sobre el desierto abierto al oeste de la ciudad. El paisaje cambió abruptamente de interminables matorrales a una extensión de rectángulos reflectantes que se extendían hasta el horizonte. Tomé varias fotografías, y el GPS de mi teléfono confirmó posteriormente lo que estaba viendo: el Complejo Solar Mesquite en Arlington, Arizona, una de las instalaciones fotovoltaicas más grandes de los Estados Unidos.
Desde arriba, el sitio se asemeja a un enorme tapiz geométrico. En tierra, representa algo más significativo: la evolución constante de la energía solar a escala de servicios públicos, de una tecnología de nicho a un componente central de la flota generadora de América.
Un hito en la energía solar a escala de servicios públicos
El Complejo Solar Mesquite comenzó en 2011 y ha crecido a través de cinco fases secuenciales de desarrollo. Hoy, la instalación proporciona aproximadamente 530 megavatios (MW) de capacidad solar, respaldada por un sistema de baterías de 70 MW / 280 megavatios-hora (MWh). Esa combinación es suficiente para abastecer a unos 150.000 hogares cada año, dependiendo de las condiciones climáticas y la demanda regional.
La propiedad ha cambiado con el tiempo. El proyecto fue inicialmente lanzado por Sempra Generation, posteriormente adquirido y ampliado por Consolidated Edison Development, y ahora operado por RWE Clean Energy. La alineación de propietarios cuenta su propia historia. A medida que la economía y el rendimiento de la energía solar a gran escala se han estabilizado, las empresas de servicios públicos globales y los inversores en infraestructura ven cada vez más activos como Mesquite como participaciones estratégicas a largo plazo.
Mesquite también fue notable por su forma de financiación. La fase inicial recibió una garantía de préstamo de 337 millones de dólares del Departamento de Energía de EE.UU. En ese momento, las plantas fotovoltaicas a gran escala todavía estaban demostrando su fiabilidad y viabilidad financiera. Demostrar que tales proyectos podían ofrecer una producción constante y asegurar contratos a largo plazo ayudó a abrir la puerta a los cientos de proyectos a escala de servicios públicos que siguieron.
Expansión visible desde el aire
La construcción que pensé haber visto desde el avión no era un espejismo. Mesquite sigue expandiéndose.
En 2024, RWE añadió un proyecto solar de 52,5 MW y un sistema de baterías de 10 MW (40 MWh) al sitio. También se han aprobado parcelas adicionales alrededor del complejo para el desarrollo solar a escala de servicios públicos. El Condado de Maricopa autorizó un cambio de uso de suelo a mediados de 2025 para nueva capacidad solar al oeste del sitio existente, proporcionando espacio para un mayor crecimiento.
Justo al sur, continúa la construcción de la Planta de Energía Solar Arlington, un proyecto de 376 MW programado para completarse a finales de 2025. Aunque técnicamente separado, funciona como parte de un grupo más amplio de instalaciones solares que rodean el Valle de Arlington.
En conjunto, estas adiciones apuntan a una visión a largo plazo: si las fases planificadas avanzan, el complejo Mesquite y los proyectos adyacentes podrían eventualmente acercarse a los 750 MW de capacidad solar combinada. Eso colocaría a la zona entre los mayores centros solares del país.
Por qué Mesquite importa
Lejos de ser solo visualmente impresionante desde el aire, el Complejo Mesquite es significativo por varias razones.
Fiabilidad de la red: La instalación de baterías permite a los operadores suavizar la intermitencia y trasladar la energía a las horas nocturnas de mayor valor, mejorando la estabilidad de la red en toda la región.
Posicionamiento regional: El fuerte recurso solar de Arizona y la proximidad a California brindan a las instalaciones en el Valle de Arlington una oportunidad para servir a centros de carga que enfrentan tanto una alta demanda como estrictos requisitos de emisiones.
Impacto económico: Los empleos de construcción, los pagos de arrendamiento de tierras y los ingresos por impuestos a la propiedad proporcionan beneficios constantes a las comunidades locales, aunque las instalaciones solares requieren un modesto personal permanente.
Desafíos para 2026 y más allá
La continua expansión de Mesquite no lo protege de las presiones más amplias que enfrenta el desarrollo de energías renovables:
- Los aranceles y los costos de equipamiento están aumentando los presupuestos de los proyectos, complicando la financiación de nuevas fases.
- Las limitaciones de transmisión en el Suroeste limitan cuánta energía puede exportarse a estados vecinos.
- Las primas de seguros para activos energéticos a gran escala han aumentado considerablemente, presionando los márgenes en toda la industria.
- La escasez de agua en el Desierto de Sonora obliga a los desarrolladores a depender de métodos de limpieza que conservan agua pero pueden reducir la producción durante períodos polvorientos.
- Los retrasos en la interconexión siguen siendo prolongados, ralentizando el ritmo al que los nuevos proyectos pueden entrar en funcionamiento.
Estas limitaciones ilustran la brecha entre los objetivos nacionales y la infraestructura necesaria para cumplirlos.
Un símbolo de un paisaje energético en evolución
Desde 30.000 pies, el Complejo Solar Mesquite es visualmente impactante. Visto en contexto, representa algo más profundo: la transición de la energía solar de proyectos piloto a infraestructura esencial. La construcción en curso alrededor del Valle de Arlington subraya que esta transición no es teórica—está ocurriendo en tiempo real.
Sin embargo, el sector enfrenta desafíos genuinos. El aumento de costos, la incertidumbre regulatoria y las tensiones geopolíticas podrían ralentizar la inversión justo cuando la demanda de electricidad comienza a subir nuevamente. Mesquite demuestra lo que pueden lograr la planificación coordinada, la financiación y la ejecución, pero también destaca por qué la atención sostenida a las mejoras de la red y la claridad de políticas determinarán la rapidez con que pueden seguir proyectos similares.
Conclusión
Lo que vi desde la ventana del avión era más que un solo proyecto—era un corredor solar en crecimiento. El Complejo Solar Mesquite y sus desarrollos vecinos muestran cuán rápidamente el Suroeste se está convirtiendo en un punto focal para la energía renovable a escala de servicios públicos. La pregunta para 2026 es si EE.UU. puede mantener ese impulso en medio del aumento de costos y las crecientes limitaciones de la red. La respuesta dará forma no solo a la combinación energética de Arizona, sino a la transición más amplia del país en los años venideros.
Fuente: https://www.forbes.com/sites/rrapier/2025/12/12/arizonas-mesquite-complex-is-a-solar-city-in-the-desert/

