En el contexto de fin de año, la acumulación de exigencias y el cansancio laboral se hacen más evidentes, especialmente entre quienes gestionan equipos y roles clave en sus organizaciones. Hires, consultora especializada en headhunting para mandos medios, en conjunto con la Universidad Hospital Italiano, analizó el fenómeno del burnout y elaboró una guía para favorecer la desconexión durante esta etapa.
El burnout, también denominado síndrome de desgaste profesional, responde a factores estresantes crónicos y se manifiesta en una pérdida progresiva de energía, desmotivación y desinterés por las tareas diarias. “Es un estado de cansancio extremo, tanto emocional como físico, en el que la persona se siente vacía de energía para afrontar la alta demanda del contexto laboral”, explicó Fabiana Reboiras, directora del Observatorio Social de la Universidad Hospital Italiano. A los indicadores emocionales se suman síntomas físicos como dolores corporales, molestias digestivas, migrañas, alteraciones del sueño y fatiga crónica. Además, puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares e impactar en la vida personal.
La especialista señaló que el cierre del año intensifica estos síntomas: “En el cierre del año, el clima social suele empujar a hacer balances y ‘concluir etapas’, generando la sensación de que deben tomarse múltiples decisiones importantes de manera simultánea, incrementando la ansiedad y la frustración”.
Desde Hires se subraya que la desconexión no es un privilegio, sino una inversión en la capacidad de liderazgo y prevención del desgaste. Juan Manuel Cueto, managing partner de la consultora, afirmó: “Cada vez es más claro que liderar no implica estar disponibles todo el tiempo, sino saber cuándo enfocarse y cuándo hacer una pausa para preservar la claridad que exige una buena toma de decisiones”.
La guía propone seis acciones para prevenir el burnout: configurar notificaciones de “desconexión total”, planificar la agenda para los días libres, establecer acuerdos personales limitando el uso del celular, realizar actividades de ocio que faciliten el silencio mental, delegar decisiones críticas mediante protocolos simples y regresar al trabajo evitando reuniones cruciales el primer día.
“La desconexión es el motor de un liderazgo renovado y la recarga de energía el asset que hace a un verdadero líder al inicio del año”, concluyó Cueto.
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