Argentina se prepara para adherirse a los principales tratados globales de propiedad intelectual, un paso impulsado por su nuevo marco de cooperación con EE.UU. que le permitiría corregir una “anomalía” histórica en la materia, dijo a Bloomberg Línea el español Etienne Sanz de Acedo, presidente de la Asociación Internacional de Marcas (INTA).
Con este paso, Argentina se alinearía con los estándares impulsados por EE.UU. en este campo, señaló el directivo de esa asociación global de propietarios de marcas y profesionales dedicados a apoyar las marcas comerciales y la propiedad intelectual. Además, marca un giro para Latinoamérica en un momento clave para la competencia tecnológica y la atracción de inversión.
“Parece ser que hay una intención muy clara de efectivamente adherirse a una serie de tratados internacionales y esto ocurrirá probablemente a lo largo del año que viene. Creo que es un muy una muy buena noticia para la industria”, comentó.
Sanz de Acedo realizó una visita en días pasados a Buenos Aires para reunirse con autoridades argentinas para respaldar el proceso de apertura y adhesión a tratados internacionales en materia de propiedad intelectual que el país comienza a impulsar.
Asimismo, buscó dar seguimiento a una serie de reuniones realizadas el año pasado y reafirmar el apoyo a políticas orientadas a fortalecer la innovación, el desarrollo y, en consecuencia, la protección de la propiedad intelectual.
Ver más: Acuerdo entre Estados Unidos y Argentina impulsa grandes expectativas entre analistas y cámaras
“Estamos viendo una evolución importante, un cambio, una apertura al mundo, con la posible adhesión de Argentina a una serie de tratados internacionales”, dijo Etienne Sanz de Acedo en una videollamada. “Es muy positivo por muchos motivos, ayuda al tejido empresarial argentino, ayuda a la inversión extranjera y también ayuda a frenar la fuga de talento, que es un problema muy serio que ha tenido Argentina y que para mí es un problema estructural y un problema más a largo plazo”.
En noviembre pasado, EE.UU. y Argentina anunciaron un nuevo marco de cooperación bilateral en comercio e inversiones, con un foco importante en propiedad intelectual.
Dicho acuerdo, “está basado en valores democráticos compartidos y una visión común de libre empresa, iniciativa privada y mercados abiertos”, de acuerdo a un comunicado de la Casa Blanca.
Argentina se ha comprometido a actuar contra un importante mercado regional de productos falsificados y planea reforzar la aplicación de la ley, incluso en el entorno digital, así como avanzar hacia la alineación de su régimen de propiedad intelectual con estándares internacionales.
Además, se comprometió a abordar los desafíos señalados por EE.UU. en el informe 301 de 2025, sobre patentabilidad, acumulación de patentes e indicaciones geográficas.
Este mayor foco en la propiedad intelectual llega “en algunos casos por una presión negociadora y en otros simplemente por el convencimiento de que esto es lo correcto”, según el presidente de INTA.
Ver más: Cuáles son los países más innovadores del mundo: Chile y Brasil, los mejores de Latam
Explica que Estados Unidos, como a cualquier economía desarrollada, le interesa que haya un ecosistema de propiedad intelectual fuerte porque al final eso supone certeza y garantía jurídica, al mismo tiempo que permite al empresario invertir en proyectos. “Si no lo hay, es muy difícil generar inversión y, por lo tanto, innovación y desarrollo”.
“La posible adhesión o profundización de la participación de Argentina en los grandes acuerdos internacionales de propiedad intelectual, en el marco de negociaciones con EE.UU. y otros socios, abre una ventana de oportunidad importante, pero también plantea desafíos internos muy serios”, dijo a Bloomberg Línea Lucas Lehtinen, director de la Maestría en Propiedad Intelectual y Nuevas Tecnologías de la Universidad Austral.
Desde el lado de las oportunidades, alinearse con estándares globales de patentes y otros derechos intangibles funciona como una señal de previsibilidad. “Le dice a las empresas que, si invierten en desarrollar o transferir tecnología en Argentina, las reglas de juego serán razonablemente estables y compatibles con las que ya conocen en otros mercados”.
Pero Lehtinen advierte que si no se combina con políticas activas de ciencia, tecnología, producción y desarrollo de talento, “corre el riesgo de quedar como un cambio jurídico importante hacia afuera, pero poco transformador hacia adentro”.
Etienne Sanz de Acedo explica que grandes economías de Latinoamérica como Brasil y México ya se han adherido a una serie de tratados en materia de propiedad intelectual, por lo que era “una anomalía” que Argentina no fuera parte de eso.
“Argentina es el único país del G20 que no forma parte del PCT (Tratado de Cooperación en materia de patentes). Esto probablemente se resuelva de manera positiva”, comentó Sanz de Acedo.
Esto podría tener un impacto directo en el número de patentes solicitadas y, por lo tanto, innovación y crecimiento económico.
Ver más: Argentina y Estados Unidos llegan a acuerdo para reducir aranceles recíprocos
El PCT es un tratado internacional de patentes que permitirá, por ejemplo, que empresas extranjeras presenten solicitudes reconocidas en Argentina y que compañías argentinas accedan a una protección más amplia en otros países.
Lucas Lehtinen, de la Universidad Austral, dice que una adhesión plena y funcional al PCT permitiría además que startups, pymes y universidades proyecten sus invenciones hacia mercados globales de forma más eficiente y estratégica, reduciendo tiempos y costos de entrada en múltiples jurisdicciones.
Explica que en sectores como la salud, la agrobiotecnología y las ciencias de la vida, un marco claro y robusto de protección -incluyendo criterios previsibles para biotecnología y un régimen razonable de protección de datos de prueba- es determinante para atraer inversión de riesgo y proyectos colaborativos de alto impacto.
“Para el sistema científico y emprendedor local, un marco previsible permite usar de verdad los instrumentos internacionales: proteger resultados en Argentina y luego extenderlos al exterior, negociar con multinacionales desde una mejor posición de fuerza, profesionalizar oficinas de transferencia y convertir investigaciones en spin-offs, licencias y contratos de codesarrollo", apuntó el analista.
Según Etienne Sanz de Acedo, el principal desafío para la región en materia de patentes es avanzar simultáneamente en tres frentes.
De un lado, incorporarse plenamente a los tratados internacionales.
En segunda medida, sensibilizar al sector empresarial sobre la importancia de proteger sus activos intangibles.
Y, sobre todo, generar mayor conciencia en los legisladores sobre la necesidad de políticas modernas de propiedad intelectual.
Citando diferentes estudios, Etienne Sanz de Acedo dice que las industrias intensivas en propiedad intelectual contribuyen en torno a un 40% del PIB de los respectivos países, con un 35% o 40% del empleo y además generan mejores salarios a sus trabajadores.
De acuerdo al Índice Mundial de Innovación de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), que muestra cuáles son los países más innovadores del mundo entre más de 130 mercados analizados, Chile (51.º) y Brasil (52.º) son las economías mejor posicionadas de América Latina.
Chile destaca por avances en infraestructura digital, matrícula terciaria y estabilidad institucional que facilitan inversión privada y vinculación universidad-empresa.
Brasil, por su parte, obtiene sus puntos fuertes en producción científica y en un ecosistema emprendedor que ha crecido en tamaño y sofisticación.
Por detrás de estos países, a nivel mundial están México (58°), Uruguay (68°), Colombia (71°), Costa Rica (72°), Argentina (77°), Perú (80°), Panamá (82°) y República Dominicana (97°).
Más atrás figuran El Salvador (98°), Paraguay (103°), Bolivia (111°), Ecuador (113°), Honduras (119°), Guatemala (123°), Nicaragua (130°) y Venezuela (136°).
El GII evalúa más de 70 indicadores que cubren desde instituciones, capital humano e infraestructura hasta resultados en conocimiento, tecnología y producción creativa.
El índice funciona con una lógica de insumos y resultados: primero mide las capacidades y condiciones que habilitan la innovación y luego los outputs concretos -patentes, publicaciones científicas, exportaciones de alta tecnología y rendimiento creativo-.
El año pasado, según OMPI, Brasil lideró en América Latina en materia de patentes con 7.988 solicitudes registradas, un 9,6 % más que en 2023 (25ª posición en el mundo).
Según Etienne Sanz de Acedo, no desarrollar los ecosistemas locales de propiedad intelectual “podría tener un impacto en negociaciones comerciales, no cabe ninguna duda”.
“Pero más allá de eso, tiene un impacto directo en la inversión extranjera y tiene un impacto directo en lo que yo siempre considero un problema estructural muy grave que es la fuga de talento”, indica Sanz de Acedo.
De acuerdo al directivo, si no se ofrecen oportunidades de crecimiento a los jóvenes dentro del país, inevitablemente se irán. Y esas oportunidades solo pueden surgir si hay inversión, algo que depende directamente de contar con seguridad jurídica. “Es un fenómeno circular”.
Ver más: Por qué Argentina asoma como destino clave de inversión en 2026, según KPMG


